jueves, 14 de enero de 2016

BATALLA DE PICHINCHA


 BATALLA DE PICHINCHA








ANTECEDENTES


Tras el triunfo alcanzado en el combate de Tapi o Riobamba el 21 de Abril de 1.822 las fuerzas patriótas presentaron una serie de inconvenientes ocasionados por el último combate que de alguna manera representaban una amenaza para la consecución de la meta libertaria: ocupar Quito y expulsar a las fuerzas realistas.

El debilitamiento de los efectivos militares del ejército era uno de esos inconvenientes, porque en Cañar se habían quedado 60 enfermos, en Riobamba otros 100 que una vez llegados a Latacunga sumarían a otros 200 hombres más, además, el retraso en cuanto a al incorporación del batallón “Alto Magdalena”, la falta de pertrechos, uniformes y demás equipo militar para el batallón “Yaguachi”,la incipiente organización del “Batallón del Sur” y el más importante de los motivos, el posible auxilio militar realista a Aymerich enviado desde Pasto.

El 30 de abril el ejército libertario entra en la ciudad de Ambato y continúa su avance hasta llegar a Latacunga el 2 de Mayo de 1.822, claro esta que la vanguardia colombiana, al mando del Crnl. Lugo, mantuvo choques victoriosos contra algunos lanceros realistas comandados por el español Benito Bobes, mientras esto ocurría; en el Nudo de Tiocajas, el resto del ejército realista se mantenía a la defensiva y en espera de una contienda con las fuerzas libertadoras.

En Latacunga la población ayudó al Gral. Sucre a reorganizar y reaprovisionar al Ejército Libertador, dotándolo de hombres, armas, vituallas, acémilas y una gran cantidad de municiones y pólvora provenientes de la fábrica ubicada en esta ciudad.

Al incorporarse el batallón “Alto Magdalena” con solo 160 soldados recibió una vez más el contingente latacungueño quedando listos para entrar en combate.

Sucre y su Estado Mayor inician el análisis y la deliberación del caso para determinar cómo y cuándo entrar en combate, reciben informes del Tcrnl. Cestáris y de otros altos mandos en los que se señalaba lo siguiente:

  • Que las tropas enemigas ejecutaban intensos trabajos de “organización de terreno” en la zona del Nudo de Tiopullo.
  • El cuartel general realista se había ubicado en Machachi y habían enviado un gran número de tropas hacia Jalupan y la Viudita.
  • Y, lo más relevante, en Guaranda el Corregidor Realista Félix de San Miguel se había sublevado y jurado lealtad al Rey Fernando VII, poniendo en peligro con este acto las comunicaciones con Guayaquil.

Finalmente el Gral. Sucre recibe una buena noticia, El Libertador Simón Bolívar había vencido en la Batalla de Bomboná (Colombia 7 de Abril de 1.882) a los españoles con lo que se dificultaba el envío de fuerzas auxiliares al Mariscal Aymerich.

Con este último informe Sucre decide movilizar a sus tropas con dirección al río Cutuchi siguiendo la ruta Garganta de Limpiopungo-ríos Pedregal y Pita- Garganta del Guapal- Sangolquí-Puengasí-Turubamba-Chillogallo-Quito con la intención de aprovechar la falta de resguardo realista en las alturas del Rumiñahui.

La marcha comienza el 11 de Mayo para lo que Sucre ordena conformar una vanguardia al mando del Tcrnl. Cestáris con un pelotón del escuadrón “Dragones del Sur” y un Cía. del batallón “Yaguachi”, dispone la ejecución de ataques simulados bajo la dirección del oficial alemán Friederich Rach, con la finalidad de fijar a los enemigos en el Nudo de Tiopullo y por último delega al Tcrnl. Hermógenes Maza trasladarse hasta Guaranda a someter a San Miguel y sus revoltosos, a pesar de que casi no fue necesaria su intervención porque en Guanujo los próceres guarandeños enfrentaron y aplastaron a los realistas.

El 13 de Mayo el Gral. Sucre abandona Latacunga quien siguiendo su plan de operaciones bordea junto a sus tropas los helados pliegues del Cotopaxi, siguen por la saliente de los ríos Pedregal y Pita, suben por la escarpada de Guapal y el 17 de Mayo llegan hasta el Valle de Los Chillos a la hacienda del Crnl. Vicente Aguirre cerca a  Sangolquí en donde repostan hasta el 19 del mismo mes.

El Mariscal Aymerich había sostenido posiciones defensivas en el Nudo de Tiopullo en espera de la llegada desde el Norte del batallón “Cataluña” enviado por el Gobernador de Pasto, Crnl. Basilio García y, con la plena confianza de que el futuro Mariscal de Ayacucho no intentaría cruzar los páramos del Iliniza y del Rumiñahui debido a las condiciones adversas presentes en ambas zonas que tornaban peligroso cualquier intento de franqueo por estos sitios.

Pero entre el 14 y 15 de Mayo, Aymerich se da cuenta de las serie de movimientos falsos efectuados por las fuerzas libertarias y ordena replegar su fuerza hacia Machachi y entra el 16 de Mayo a Quito en donde planifica y prepara la defensa de la ciudad ubicando tres batallones de infantería en Turubamba, dos escuadrones de caballería en las alturas de Puengasí  y al resto de su fuerza como reserva en el fortín del Panecillo.

Sucre ya asentado en el Valle de Los Chillos y con información verificada sobre la salida desde Pasto del batallón “Cataluña”, manda al Crnl. Cestáris desplazarse al Norte con un pelotón de caballería y con una cía. de infantería, con la misión de detener la llegada de estos refuerzos, Cestáris cumple con la orden, parte hacia el norte atraviesa el Ilaló, llega a Tumbaco, se dirige a Guayllabamba, población  a la que arriba el 20 de mayo y desde donde emite un comunicado indicando que el batallón “Cataluña” ya estaba en Otavalo.

Ese mismo día el Ejército Libertador logra burlar, una vez más, el cerco realista y sobrepasan la Loma de Puengasí con lo que llegan a posicionarse a 5 kms de la caballería peninsular. Decidido a entablar combate el Gral. Sucre decide bajar hasta el ejido de Turubamba en un campo favorable a sus adversarios, pero estos repliegan fuerzas con dirección este y se ubican en la Quebrada de los Chochos.

Ante esta situación los libertadores realizan una serie de movimientos y el 22 de Mayo ocupan Chillogallo; el mismo Gral. Sucre escribe lo siguiente: “El 22 y el 23 los provocamos de nuevo a combate y desesperados de conseguirlo, resolvimos marchar por la noche a colocarnos en el ejido del norte de la ciudad, que es mejor terreno y nos ponía entre Quito y Pasto..”

Esta acción “envolvente”, sumada a una gran cantidad de “reconocimientos” de vías, patrullajes con dirección a la loma de Puengasí engañan a los realistas sobre el movimiento que se pretendía consumar, que consistía en alcanzar la ciudad desde el ejido de Iñaquito.

El día 23 las fuerzas libertadoras nuevamente sitúan sus efectivos en Chillogallo mientras que los realistas permanecen en la loma de Puengasí.

EL COMBATE

La noche del 23 de mayo inician movimientos las vanguardias libertarias, la una al mando del Crnl. Córdova compuesta por dos cía. del batallón “Magdalena” y del “Trujillo” y la otra al mando del Crnl. Santa Cruz toman la vía Chillogallo-Pucará-Guairapungo-Unguí-Chilibulo-Lomas de la Chilena y San Juan, a eso de las ocho de la mañana del 24 de Mayo de 1.822 llegan a las alturas del Pichincha.

Sucre previniendo la batalla determina que una cía. del batallón “Paya” reconozca las posibles rutas de aproximación realistas mientras que el batallón “Trujillo” espera al enemigo y apoya las labores de “reconocimiento”.

El Mariscal Aymerich conocedor del movimiento libertario, reúne a su estado mayor  muy temprano el mismo 24 de Mayo y decide que su ejército marche hacia las faldas del Pichincha “domine las alturas y bata al ejército rebelde”, para muchos entendidos el movimiento de Aymerich fue bastante imprudente a causa de lo escarpado del terreno y el intento de interceptar a su enemigo en semejante altura solo puede ser calificado como un acto heroico o cargado de desesperación al comprender las intenciones del Gral. Sucre.

Hay que señalar que la falda del Pichincha, lugar en donde se desarrolló la batalla, esta a una altura de 3.500 mts. sobre el nivel del mar y, se encuentra rodeada al norte  y al este por la Quebrada Cantera, al sur por la Quebrada Santa Lucía y, al oeste por las estribaciones andinas.

Por otra parte la decisión de Aymerich también pudo deberse al alto grado de desconfianza por parte del jefe realista hacia la población civil que comenzaba a aumentar su actividad subversiva a favor del bando libertario, por lo que a su juicio sus tropas no podían presentar batalla en el ejido, sitio en el que ya se encontraban la caballería y centenares de patriotas alzados que atacarían a sus espaldas permitiendo al Gral. Sucre atacar de frente y destruir su fuerza.

A las nueve y media de la mañana las tropas de la cía. “Paya” entran en contacto con la fuerza realista  y se “rompe” el fuego, oportunamente llega el batallón “Trujillo” y continúa el combate, no tardan en producirse las primeras bajas de lado y lado.

Sorprendido en un inicio, las fuerzas realistas se reordenan y reinician un furiosos ataque que produce un “boquete” en las líneas patriotas, Sucre previendo esto envía al Crnl. Morales con dos Cías. del “Yaguachi” a detener esta irrupción realista.

Al ver que los españoles continuaban con su embestida, Sucre ordena que las dos Cías. del “Magdalena” a ordenes del Crnl. Córdova ejecuten un movimiento “envolvente” al flanco realista con la finalidad de colocarse detrás de las posiciones enemigas, Córdova dirige a sus huestes, según lo dispuesto por el Gral Sucre, pero un ramal de la Quebrada Cantera impide concluir con la orden por lo que tiene que regresar sobre sus pasos a formar parte del “ala” izquierda de combate.

En tanto el resto de la infantería bajo la dirección del Gral. José Mires, que días antes al enfrentamiento consiguió fugarse de la cárcel de Quito y reunirse con sus huestes, continua su avance.

A eso de las 11 de la mañana las municiones comienzan a escasear entre las filas patriotas por lo que el batallón “Trujillo” comienza a replegarse, ante esta eventualidad el Crnl. irlandés Daniel O Leary, uno de los edecanes del Gral. Sucre, en acción desesperada, apresura el aprovisionamiento de municiones utilizando indigenas cargadores según lo dispuesto por el jefe libertador, pero la retirada se vuelve inminente tanto es así que la caballería de la división peruana también comienza a retirarse.

Al ver esto Sucre ordena al Crnl. Ibarra y al escuadrón de “Dragones del Sur” contener a los escuadrones peruanos y evitar su retiro del campo de batalla, viendo estos acontecimientos los realistas destacan tres cías. del batallón “Aragón”, ubicados en las lomas de El Placer, para ganar altura y flanquear a las fuerzas patriotas de Córdova.

Al medio día llegan las municiones y se vuelve a la lucha, ante el reinicio de las hostilidades, Sucre manda a proteger al batallón “Albión” el flanco derecho del batallón “Alto Magdalena”, que estaba siendo atacado por más de medio batallón realista “Aragón” que trataba, junto a otra unidad realista, cortarlo e interponerse por el flanco izquierdo de la línea sostenida por el batallón “Yaguachi”.

Una vez retiradas las fuerzas peruanas, Sucre se da cuenta que debe reforzar al batallón “Yaguachi” que casi había agotado sus municiones, e imparte esta orden al Gral. Mires que desmonta, desenvaina su espada y toma la dirección del batallón “Paya” con el que carga por el flanco derecho, que con la retirada de los peruanos había quedado descubierto.

Los realistas habían ganado terreno de tal forma que el batallón “Aragón” estaba próximo a coronar la altura y se hallaba parapetado dentro del bosque, en ese instante interviene el batallón patriota “Albión” que había conseguido ubicarse a mayor altura que el batallón realista, lo ataca con todo y lo vence claramente.

Sucre al ver esta acción decide atacar con toda su fuerza disponible, directo, al centro de las huestes españolas rompiendo sus líneas y así alcanzando la victoria tan anhelada.

El triunfo Patriota obliga a los realistas a replegarse hacia el fortín del Panecillo, al ver esto el Gral. Sucre ordena al Crnl. Ibarra perseguir con su caballería al enemigo e impedirles su retirada hacia Pasto, Ibarra los sigue hasta Guayllabamba en donde toma varios prisioneros y termina por desbandar a la infantería realista.

El Crnl. español Tolrá, Comdte. de la caballería peninsular, que se encontraba en el ejido norte de la ciudad, enterado de la derrota, también intenta dirigirse hacia el norte pero se lo impiden “a medias” las fuerzas de los Crnls. Ibarra y Cestáris, finalmente se dispone al Crnl. Córdova dirigirse al norte con una unidad colombiana a fin de detener el avance del batallón “Cataluña”, los derrota y acepta la rendición de 180 soldados realistas miembros de esta milicia hispana.

El resultado final de esta victoria dejo alrededor de 2.000 bajas entre prisioneros, heridos y muertos en ambos bandos, pero es pertinente destacar, tal y como lo hizo el Gral. Sucre, a un personaje que pasó a la historia como héroe nacional: el Tnte. Abdón Calderón de quien el Jefe Supremo del Ejército Libertador, Gral. Antonio José de Sucre escribió: “habiendo recibido consecutivamente cuatro heridas jamás deseo retirarse del combate. Probablemente morirá; pero el Gobierno de la República sabrá compensar a su familia los servicios de este oficial heroico”. De ahí que el Libertador Bolívar ordenó que al ser pronunciado su nombre al “correr lista” en su regimiento sus compañeros repetirían lo siguiente: “Murió gloriosamente en Pichincha, pero vive en nuestro corazones”.

Con este triunfo el Gral. Manuel Antonio López Borrero izó por primera vez en la recoleta de La Merced el tricolor colombiano el mismo 24 de Mayo de 1.822.


La victoria en las faldas del Pichincha se debe a varios factores, principalmente el movimiento de tropas, las operaciones de distracción y la disposición de efectivos determinó el triunfo libertario.

En cuanto a la batalla en sí la acción envolvente de fuerzas ejecutada por el Gral. Sucre le permitió derrotar completamente a las huestes españolas que en una acción imprudente, ordenada por el Mariscal Aymerich, intentaron alcanzar altura y repeler el ataque patriota que comenzó con un asalto por el flanco derecho seguido por otra carga desde el flanco izquierdo que terminó en un ataque general que hizo que toda la línea de combate, es decir, todo el grueso del ejército avance decidida y directamente sobre las fuerzas realistas que al verse desbordadas no les quedo más remedio que retirarse en desbandada logrando así la victoria
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CONCLUSIONES

Con esta Batalla se puso término al colonialismo español en los territorios de la Presidencia de Quito. Este triunfo permitió a futuro prestar un gran contingente en las campañas de Perú y del Alto Perú (Bolivia). A pesar de la victoria la amenaza realista aún no había sido del todo desechada puesto que a pesar de la capitulación firmada por el Mariscal Aymerich, existió  una predisposición por parte el Crnl. Basilio García para continuar con la lucha desde Pasto. Por fin llegó a Guayaquil el Libertador Simón Bolívar quien se encargo de anexar a la Gran Colombia al puerto el 31 de Julio de 1.822. Finalmente la batalla dejo en claro el genio militar, la previsión estratégica y la gran capacidad de conducción de las tropas por parte del Gral. Antonio José de Sucre, quien en la batalla de Ayacucho sería confirmado como Gran Mariscal de Campo y en la que además se lograría la liberación del Perú y el retiro definitivo del dominio colonial español en nuestra América del Sur.


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