BATALLA DE PICHINCHA
ANTECEDENTES
Tras el triunfo alcanzado en el combate de Tapi o Riobamba
el 21 de Abril de 1.822 las fuerzas patriótas presentaron una serie de
inconvenientes ocasionados por el último combate que de alguna manera
representaban una amenaza para la consecución de la meta libertaria:
ocupar Quito y expulsar a las fuerzas realistas.
El debilitamiento de los efectivos militares del ejército era uno de
esos inconvenientes, porque en Cañar se habían quedado 60 enfermos, en
Riobamba otros 100 que una vez llegados a Latacunga sumarían a otros 200
hombres más, además, el retraso en cuanto a al incorporación del
batallón “Alto Magdalena”, la falta de pertrechos, uniformes y demás
equipo militar para el batallón “Yaguachi”,la incipiente organización
del “Batallón del Sur” y el más importante de los motivos, el posible
auxilio militar realista a Aymerich enviado desde Pasto.
El 30 de abril el ejército libertario entra en la ciudad de Ambato y
continúa su avance hasta llegar a Latacunga el 2 de Mayo de 1.822, claro
esta que la vanguardia colombiana, al mando del Crnl. Lugo, mantuvo
choques victoriosos contra algunos lanceros realistas comandados por el
español Benito Bobes, mientras esto ocurría; en el Nudo de Tiocajas, el
resto del ejército realista se mantenía a la defensiva y en espera de
una contienda con las fuerzas libertadoras.
En Latacunga la población ayudó al Gral. Sucre
a reorganizar y reaprovisionar al Ejército Libertador, dotándolo de
hombres, armas, vituallas, acémilas y una gran cantidad de municiones y
pólvora provenientes de la fábrica ubicada en esta ciudad.
Al incorporarse el batallón “Alto Magdalena” con solo 160 soldados
recibió una vez más el contingente latacungueño quedando listos para
entrar en combate.
Sucre y su
Estado Mayor inician el análisis y la deliberación del caso para
determinar cómo y cuándo entrar en combate, reciben informes del Tcrnl.
Cestáris y de otros altos mandos en los que se señalaba lo siguiente:
- Que las tropas enemigas ejecutaban intensos trabajos de “organización de terreno” en la zona del Nudo de Tiopullo.
- El cuartel general realista se había ubicado en Machachi y habían enviado un gran número de tropas hacia Jalupan y la Viudita.
- Y, lo más relevante, en Guaranda el Corregidor Realista Félix de San Miguel se había sublevado y jurado lealtad al Rey Fernando VII, poniendo en peligro con este acto las comunicaciones con Guayaquil.
Finalmente el Gral. Sucre recibe una buena noticia, El Libertador Simón Bolívar
había vencido en la Batalla de Bomboná (Colombia 7 de Abril de 1.882) a
los españoles con lo que se dificultaba el envío de fuerzas auxiliares
al Mariscal Aymerich.
Con este último informe Sucre
decide movilizar a sus tropas con dirección al río Cutuchi siguiendo la
ruta Garganta de Limpiopungo-ríos Pedregal y Pita- Garganta del Guapal-
Sangolquí-Puengasí-Turubamba-Chillogallo-Quito con la intención de
aprovechar la falta de resguardo realista en las alturas del Rumiñahui.
La marcha comienza el 11 de Mayo para lo que Sucre
ordena conformar una vanguardia al mando del Tcrnl. Cestáris con un
pelotón del escuadrón “Dragones del Sur” y un Cía. del batallón
“Yaguachi”, dispone la ejecución de ataques simulados bajo la dirección
del oficial alemán Friederich Rach, con la finalidad de fijar a los
enemigos en el Nudo de Tiopullo y por último delega al Tcrnl. Hermógenes Maza
trasladarse hasta Guaranda a someter a San Miguel y sus revoltosos, a
pesar de que casi no fue necesaria su intervención porque en Guanujo los
próceres guarandeños enfrentaron y aplastaron a los realistas.
El 13 de Mayo el Gral. Sucre
abandona Latacunga quien siguiendo su plan de operaciones bordea junto a
sus tropas los helados pliegues del Cotopaxi, siguen por la saliente de
los ríos Pedregal y Pita, suben por la escarpada de Guapal y el 17 de
Mayo llegan hasta el Valle de Los Chillos a la hacienda del Crnl.
Vicente Aguirre cerca a Sangolquí en donde repostan hasta el 19 del
mismo mes.
El Mariscal Aymerich
había sostenido posiciones defensivas en el Nudo de Tiopullo en espera
de la llegada desde el Norte del batallón “Cataluña” enviado por el
Gobernador de Pasto, Crnl. Basilio García y, con la plena confianza de
que el futuro Mariscal de Ayacucho
no intentaría cruzar los páramos del Iliniza y del Rumiñahui debido a
las condiciones adversas presentes en ambas zonas que tornaban peligroso
cualquier intento de franqueo por estos sitios.
Pero entre el 14 y 15 de Mayo, Aymerich
se da cuenta de las serie de movimientos falsos efectuados por las
fuerzas libertarias y ordena replegar su fuerza hacia Machachi y entra
el 16 de Mayo a Quito en donde planifica y prepara la defensa de la
ciudad ubicando tres batallones de infantería en Turubamba, dos
escuadrones de caballería en las alturas de Puengasí y al resto de su
fuerza como reserva en el fortín del Panecillo.
Sucre ya
asentado en el Valle de Los Chillos y con información verificada sobre
la salida desde Pasto del batallón “Cataluña”, manda al Crnl. Cestáris
desplazarse al Norte con un pelotón de caballería y con una cía. de
infantería, con la misión de detener la llegada de estos refuerzos,
Cestáris cumple con la orden, parte hacia el norte atraviesa el Ilaló,
llega a Tumbaco, se dirige a Guayllabamba, población a la que arriba el
20 de mayo y desde donde emite un comunicado indicando que el batallón
“Cataluña” ya estaba en Otavalo.
Ese mismo día el Ejército Libertador logra burlar, una vez más, el
cerco realista y sobrepasan la Loma de Puengasí con lo que llegan a
posicionarse a 5 kms de la caballería peninsular. Decidido a entablar
combate el Gral. Sucre
decide bajar hasta el ejido de Turubamba en un campo favorable a sus
adversarios, pero estos repliegan fuerzas con dirección este y se ubican
en la Quebrada de los Chochos.
Ante esta situación los libertadores realizan una serie de movimientos y el 22 de Mayo ocupan Chillogallo; el mismo Gral. Sucre
escribe lo siguiente: “El 22 y el 23 los provocamos de nuevo a combate y
desesperados de conseguirlo, resolvimos marchar por la noche a
colocarnos en el ejido del norte de la ciudad, que es mejor terreno y
nos ponía entre Quito y Pasto..”
Esta acción “envolvente”, sumada a una gran cantidad de
“reconocimientos” de vías, patrullajes con dirección a la loma de
Puengasí engañan a los realistas sobre el movimiento que se pretendía
consumar, que consistía en alcanzar la ciudad desde el ejido de
Iñaquito.
El día 23 las fuerzas libertadoras nuevamente sitúan sus efectivos en
Chillogallo mientras que los realistas permanecen en la loma de
Puengasí.
La noche del 23 de mayo inician movimientos las vanguardias libertarias, la una al mando del Crnl. Córdova
compuesta por dos cía. del batallón “Magdalena” y del “Trujillo” y la
otra al mando del Crnl. Santa Cruz toman la vía
Chillogallo-Pucará-Guairapungo-Unguí-Chilibulo-Lomas de la Chilena y San
Juan, a eso de las ocho de la mañana del 24 de Mayo de 1.822 llegan a
las alturas del Pichincha.
Sucre
previniendo la batalla determina que una cía. del batallón “Paya”
reconozca las posibles rutas de aproximación realistas mientras que el
batallón “Trujillo” espera al enemigo y apoya las labores de
“reconocimiento”.
El Mariscal Aymerich
conocedor del movimiento libertario, reúne a su estado mayor muy
temprano el mismo 24 de Mayo y decide que su ejército marche hacia las
faldas del Pichincha “domine las alturas y bata al ejército rebelde”,
para muchos entendidos el movimiento de Aymerich
fue bastante imprudente a causa de lo escarpado del terreno y el
intento de interceptar a su enemigo en semejante altura solo puede ser
calificado como un acto heroico o cargado de desesperación al comprender
las intenciones del Gral. Sucre.
Hay que señalar que la falda del Pichincha, lugar en donde se
desarrolló la batalla, esta a una altura de 3.500 mts. sobre el nivel
del mar y, se encuentra rodeada al norte y al este por la Quebrada
Cantera, al sur por la Quebrada Santa Lucía y, al oeste por las
estribaciones andinas.
Por otra parte la decisión de Aymerich
también pudo deberse al alto grado de desconfianza por parte del jefe
realista hacia la población civil que comenzaba a aumentar su actividad
subversiva a favor del bando libertario, por lo que a su juicio sus
tropas no podían presentar batalla en el ejido, sitio en el que ya se
encontraban la caballería y centenares de patriotas alzados que
atacarían a sus espaldas permitiendo al Gral. Sucre atacar de frente y destruir su fuerza.
A las nueve y media de la mañana las tropas de la cía. “Paya” entran en
contacto con la fuerza realista y se “rompe” el fuego, oportunamente
llega el batallón “Trujillo” y continúa el combate, no tardan en
producirse las primeras bajas de lado y lado.
Sorprendido en un inicio, las fuerzas realistas se reordenan y
reinician un furiosos ataque que produce un “boquete” en las líneas
patriotas, Sucre previendo esto envía al Crnl. Morales con dos Cías. del “Yaguachi” a detener esta irrupción realista.
Al ver que los españoles continuaban con su embestida, Sucre ordena que las dos Cías. del “Magdalena” a ordenes del Crnl. Córdova ejecuten un movimiento “envolvente” al flanco realista con la finalidad de colocarse detrás de las posiciones enemigas, Córdova dirige a sus huestes, según lo dispuesto por el Gral Sucre,
pero un ramal de la Quebrada Cantera impide concluir con la orden por
lo que tiene que regresar sobre sus pasos a formar parte del “ala”
izquierda de combate.
En tanto el resto de la infantería bajo la dirección del Gral. José
Mires, que días antes al enfrentamiento consiguió fugarse de la cárcel
de Quito y reunirse con sus huestes, continua su avance.
A eso de las 11 de la mañana las municiones comienzan a escasear entre
las filas patriotas por lo que el batallón “Trujillo” comienza a
replegarse, ante esta eventualidad el Crnl. irlandés Daniel O Leary, uno de los edecanes del Gral. Sucre,
en acción desesperada, apresura el aprovisionamiento de municiones
utilizando indigenas cargadores según lo dispuesto por el jefe
libertador, pero la retirada se vuelve inminente tanto es así que la
caballería de la división peruana también comienza a retirarse.
Al ver esto Sucre ordena al Crnl. Ibarra
y al escuadrón de “Dragones del Sur” contener a los escuadrones
peruanos y evitar su retiro del campo de batalla, viendo estos
acontecimientos los realistas destacan tres cías. del batallón “Aragón”,
ubicados en las lomas de El Placer, para ganar altura y flanquear a las
fuerzas patriotas de Córdova.
Al medio día llegan las municiones y se vuelve a la lucha, ante el reinicio de las hostilidades, Sucre
manda a proteger al batallón “Albión” el flanco derecho del batallón
“Alto Magdalena”, que estaba siendo atacado por más de medio batallón
realista “Aragón” que trataba, junto a otra unidad realista, cortarlo e
interponerse por el flanco izquierdo de la línea sostenida por el
batallón “Yaguachi”.
Una vez retiradas las fuerzas peruanas, Sucre
se da cuenta que debe reforzar al batallón “Yaguachi” que casi había
agotado sus municiones, e imparte esta orden al Gral. Mires que
desmonta, desenvaina su espada y toma la dirección del batallón “Paya”
con el que carga por el flanco derecho, que con la retirada de los
peruanos había quedado descubierto.
Los realistas habían ganado terreno de tal forma que el batallón
“Aragón” estaba próximo a coronar la altura y se hallaba parapetado
dentro del bosque, en ese instante interviene el batallón patriota
“Albión” que había conseguido ubicarse a mayor altura que el batallón
realista, lo ataca con todo y lo vence claramente.
Sucre al ver
esta acción decide atacar con toda su fuerza disponible, directo, al
centro de las huestes españolas rompiendo sus líneas y así alcanzando la
victoria tan anhelada.
El triunfo Patriota obliga a los realistas a replegarse hacia el fortín del Panecillo, al ver esto el Gral. Sucre ordena al Crnl. Ibarra
perseguir con su caballería al enemigo e impedirles su retirada hacia
Pasto, Ibarra los sigue hasta Guayllabamba en donde toma varios
prisioneros y termina por desbandar a la infantería realista.
El Crnl. español Tolrá, Comdte. de la caballería peninsular, que se
encontraba en el ejido norte de la ciudad, enterado de la derrota,
también intenta dirigirse hacia el norte pero se lo impiden “a medias”
las fuerzas de los Crnls. Ibarra y Cestáris, finalmente se dispone al Crnl. Córdova
dirigirse al norte con una unidad colombiana a fin de detener el avance
del batallón “Cataluña”, los derrota y acepta la rendición de 180
soldados realistas miembros de esta milicia hispana.
El resultado final de esta victoria dejo alrededor de 2.000 bajas entre
prisioneros, heridos y muertos en ambos bandos, pero es pertinente
destacar, tal y como lo hizo el Gral. Sucre, a un personaje que pasó a la historia como héroe nacional: el Tnte. Abdón Calderón de quien el Jefe Supremo del Ejército Libertador, Gral. Antonio José de Sucre
escribió: “habiendo recibido consecutivamente cuatro heridas jamás
deseo retirarse del combate. Probablemente morirá; pero el Gobierno de
la República sabrá compensar a su familia los servicios de este oficial
heroico”. De ahí que el Libertador Bolívar
ordenó que al ser pronunciado su nombre al “correr lista” en su
regimiento sus compañeros repetirían lo siguiente: “Murió gloriosamente
en Pichincha, pero vive en nuestro corazones”.
Con este triunfo el Gral. Manuel Antonio López Borrero izó por primera
vez en la recoleta de La Merced el tricolor colombiano el mismo 24 de
Mayo de 1.822.
La victoria en las faldas del Pichincha se debe a varios factores,
principalmente el movimiento de tropas, las operaciones de distracción y
la disposición de efectivos determinó el triunfo libertario.
En cuanto a la batalla en sí la acción envolvente de fuerzas ejecutada
por el Gral. Sucre le permitió derrotar completamente a las huestes
españolas que en una acción imprudente, ordenada por el Mariscal
Aymerich, intentaron alcanzar altura y repeler el ataque patriota que
comenzó con un asalto por el flanco derecho seguido por otra carga desde
el flanco izquierdo que terminó en un ataque general que hizo que toda
la línea de combate, es decir, todo el grueso del ejército avance
decidida y directamente sobre las fuerzas realistas que al verse
desbordadas no les quedo más remedio que retirarse en desbandada
logrando así la victoria
.
Con esta Batalla se puso término al colonialismo español en los territorios de la Presidencia de Quito. Este triunfo permitió a futuro prestar un gran contingente en las campañas de Perú y del Alto Perú (Bolivia). A pesar de la victoria la amenaza realista aún no había sido del todo desechada puesto que a pesar de la capitulación firmada por el Mariscal Aymerich, existió una predisposición por parte el Crnl. Basilio García para continuar con la lucha desde Pasto. Por fin llegó a Guayaquil el Libertador Simón Bolívar quien se encargo de anexar a la Gran Colombia al puerto el 31 de Julio de 1.822. Finalmente la batalla dejo en claro el genio militar, la previsión estratégica y la gran capacidad de conducción de las tropas por parte del Gral. Antonio José de Sucre, quien en la batalla de Ayacucho sería confirmado como Gran Mariscal de Campo y en la que además se lograría la liberación del Perú y el retiro definitivo del dominio colonial español en nuestra América del Sur.
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